jueves, 8 de marzo de 2018

El ojo ajeno


Qué ojos y mirada tierna,
qué poesía descomunal...
Qué sentido y sentimiento de reconocimiento.

Apágate cielito lindo, 
muy despacito...

Mis oídos se camuflaron
bajo el follaje dolorido;

No me lleno con vos, conmigo,
no hay vacío molesto,
es más esto que aquello
con lo que disfruto,
con lo que sonrío.

No es aquello lo que busco,
ni lo que olvido
es que es ahora que trina mi garganta
cuando percibo tu sonido

me alegra desde el ayer
hasta hoy,
y no hay triunfo vencido ni saber escondido
es que te miro y te miro
y me abro como ramas ...
y te cobigo
en mi nido.

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