Caminemos juntos,
hacia donde no haya más penurias
con piezas, piernas y railes desbocados
con pétalos y pestañas voladoras,
con dientes y sienes vírgenes de ocasos.
Vaguemos sudorosos de incienso,
a carcajada suelta y humor desvergonzado
con un silenciado recuerdo
del dolor estructurado
en nuestro Pilar.
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